La vivienda se lleva una parte importante del reparto de gastos de una familia a lo largo de un mes. Lo que pagamos de alquiler o hipoteca, unido a todo lo que vamos invirtiendo en aspectos como la decoración o la compra de muebles y otros objetos necesarios a lo largo del día a día hace que ese porcentaje del que estamos hablando sea bastante más grande de lo que muchas veces nos gustaría, sobre todo ahora que la calefacción o el gas están por las nubes. Teniendo eso en cuenta, no nos extraña en absoluto que haya gente preocupada con todo lo que se deriva de sus gastos para el hogar y tenga en mente algunos cambios.
Lo que os vamos a comentar a continuación os puede sorprender, pero os podemos asegurar que funciona. Si lo que queremos es ahorrar dinero en lo que respecta a nuestra vivienda, lo mejor que podemos hacer es… rehabilitarla. Por supuesto, esto solo es válido si la vivienda lo necesita. Pero es cierto que la rehabilitación, aunque tiene un coste asociado a la obra en sí, permite que a largo plazo podamos reducir la cantidad de dinero que invertimos en el hogar. Ya son muchas las personas que lo han podido comprobar.
Rehabilitar una vivienda es igual que si colocamos placas solares en su techo para abaratar nuestro precio de la luz. Con una rehabilitación, lo que estamos haciendo, entre otras cosas, es favorecer el aislamiento tanto térmico como acústico de la vivienda, lo que va a implicar que se abarate nuestra factura de la luz y la del gas durante los próximos años. A medio o largo plazo, todo lo que hemos invertido en la rehabilitación lo vamos a recuperar con el ahorro en energía, lo cual va a suponer un desahogo para la economía familiar… y también para el medioambiente, por qué no decirlo. Si usamos menos energía para encontrarnos cómodos en casa, menos contaminaremos.
Rehabilitar una vivienda sale más barato que pagar una factura tremenda de luz y gas mes a mes, y más ahora que los precios de la energía están por las nubes. Así nos lo dicen desde Geneo. Sus profesionales aseguran que, desde que comenzó la crisis ocasionada por la inflación en el pasado mes de febrero como consecuencia de los sucesos que se están desarrollando en Ucrania, hay muchas personas que se han interesado por rehabilitar sus viviendas con el claro propósito de renovar los aislamientos térmico y acústico de su vivienda y reducir esas facturas de luz y gas que tanto nos preocupan a todos y todas en los momentos de zozobra que vivimos.
A nadie debe extrañarle lo que está pensando la gente en la actualidad. Con los precios de la energía tan altos resulta muy complicado vivir. Y más aún teniendo en cuenta que existe la sensación general de que la inflación después no va a dejar lugar a una bajada de precios. Los precios, aunque lo que está pasando en Ucrania acabe hoy mismo, no se van a reducir. Es la triste realidad. Como consecuencia, la gente busca por todos los medios reducir el consumo. Rehabilitar un edificio es una buena manera de promoverlo.
Una necesidad… y no solo a causa de la energía
La rehabilitación es una necesidad muy grande en buena parte de los edificios de este país… y no solo lo es para reducir la factura del gas y de la luz. Hay viviendas en España que fueron construidas hace demasiados años y que no han sido reformadas en ningún momento. Según una noticia publicada en la página web Idealista, una de cada dos casas en España tiene más de 40 años. Ya nos diréis si no es necesario que, pasado ese tiempo, no se necesita una mejora en un edificio.
Todo esto puede tener buenas consecuencias económicas para España. Esta necesidad de rehabilitar, ya sea por un motivo o por otro, hace que el sector de la vivienda se encuentre ante una buena oportunidad, tal y como apunta una información de la sección Cinco Días, del diario El País. Desde luego, así es. Y no cabe duda de que las empresas que forman parte de este negocio van a hacer todo lo posible por trabajar más en la rehabilitación de viviendas que en la edificación de nuevas.
Durante toda la vida, el ser humano ha procurado tener una buena vida invirtiendo lo menos posible. A veces, para conseguirlo, es imprescindible tener más en cuenta el largo plazo que el corto. Y esto es lo que se procura cuando realizamos una inversión como la de rehabilitar una vivienda, una inversión que no solo nos permite reducir gastos propios del hogar, sino que también nos hace ganar en comodidad entre nuestras paredes. No es una tontería ni mucho menos.