Para muchos padres es muy común buscar que sus hijos aprendan y estudien música cuando son pequeños. Esta decisión no se debe tomar a la ligera, y debemos tener en cuenta y respetar una serie de pautas para que nuestros pequeños estén felices y de acuerdo con nuestra decisión.
Para ello, vamos a mostrarte en este artículo algunos consejos que puedes seguir para que tanto tú como tu pequeño lo paséis bien durante este proceso y no ocasione ningún problema en vuestra relación en el futuro.
El aprendizaje no debe convertirse en un castigo.
Esta frase la podemos aplicar a cualquier asignatura que cualquier niño pueda aprender durante su enseñanza primaria, secundaria u obligatoria.
Sin embargo, no es lo mismo estudiar en una escuela que aprender una disciplina a parte mediante unas clases particulares lejos de sus compañeros de colegio y su entorno habitual.
El aprendizaje para un niño y para cualquiera de nosotros debe ser algo inspirador, entendible y para los niños, sobre todo, algo divertido.
El primer consejo que podemos darte para esto es no convertir jamás el aprendizaje en un castigo o un deber (y mucho menos si es una actividad extracurricular o el aprendizaje de un arte, como la música).
Muchos padres cometen el error de enfocar en sus hijos el trauma de no haber podido estudiar o aprender ciertas cosas cuando eran pequeños, como si fuera “un sueño truncado” que sus hijos cumplirán por ellos. Esto es un error, ya que debemos concienciarnos de que su vida no es la nuestra. Ellos deben poder decidir acerca de las cosas que les inspiran y les hacen felices, al igual que hacemos nosotros.
Por supuesto un niño no puede tomar decisiones responsables y totalmente conscientes como hacemos los adultos, eso está claro, y es por ello que necesita a un tutor o a sus padres para que le guíen durante los primeros años de su vida. Pero cuando un niño no es feliz realizando alguna de estas actividades, no debemos insistir. Si por ejemplo le apuntamos a danza y notamos que nuestro hijo no es feliz y quiere dejar de practicarla, no quiere decir que jamás vaya a volver a practicar ninguna actividad relacionada con la música en su vida.
De lo contrario, puede que acabe encontrando la inspiración en canto, o en piano, por ejemplo.
También cabe la posibilidad de que no encuentre inspiración en ningún arte tradicional, pero que sin embargo le gusten los idiomas. Cada persona es un mundo, y su personalidad se forja durante estos años a partir de dichas experiencias.
Si lo que acabamos haciéndole a nuestros hijos es obligarlos a estudiar 5 horas diarias de guitarra después del colegio, cuando en realidad lo que quieren es dibujar y jugar ¡acabaremos forjando una relación de reproche y odio hacia la música cuando se hagan mayores!
Una vez tengamos claro este punto, podemos pasar a hablar con nuestros hijos acerca de cómo se sienten respecto a la decisión que queremos tomar acerca de sus estudios. Si se muestra receptivo hacia la idea de estudiar piano, debemos aprovechar su interés y buscarle un buen profesor de piano. Si tras las clases nuestro hijo no parece feliz, podemos cambiarle de profesor y encontrar un modo de aprendizaje acorde a su personalidad.
¡No tengas miedo de tomar la decisión correcta para tu hijo! Debes pensar ante todo en su crecimiento personal. Como dijimos anteriormente, el aprendizaje no debe ser un castigo nunca.
Tampoco te pases con el tiempo de estudio. No debemos saturar a nuestros hijos, al igual que tampoco deberíamos de hacerlo tampoco con nosotros mismos.
Para poder entender qué tiempo es el recomendado de estudio para cada edad, puedes orientarte leyendo esta noticia de la revista Eres Mamá.
¿Cómo puede aprender música mi hijo?
Estudiar música puede ser realmente beneficioso para nuestros hijos. La música no sólo mejorará su sentido del ritmo, sino que también les ayudará a expresar sus emociones de manera artística y a ser más sensibles y empáticos ante las situaciones que enfrentarán durante su vida.
Si nuestro hijo se muestra feliz con la idea de aprender a tocar algún instrumento, podemos probar con algunos instrumentos conocidos para ir sabiendo qué se le da mejor o con qué instrumento se siente más cómodo. Muchos padres optan por el piano a la hora de aprender música. El piano es un instrumento elegante y sensible, y su melodía puede hacernos sentir la más maravillosa de las sensaciones.
Podemos enseñar a nuestros hijos contratando a un profesor de música particular o inscribiéndolos en un conservatorio.
De forma individual, a partir de los 4 años nuestro hijo puede aprender a tocar el piano mediante “el método de colores” que imparte la profesora de piano Kristina Kryzanovskaya en su domicilio o en la casa del niño. ¿Sabes que también pueden aprender a tocar dando clases online? Esto puede ser beneficioso para niños que apenas pueden salir de casa debido a una enfermedad o por problemas económicos que le dificulten el transporte.
Si en cambio te interesa más la idea del conservatorio, también puedes inscribir a tus hijos a partir de los 4 años de edad. Si eliges esta opción, además, tu hijo conocerá la música en todas sus vertientes mediante juegos y programas educativos. Tras varios años estudiando música, tu hijo puede elegir cual es el instrumento por el que siente una mayor predilección, y acabará eligiendo el que más le guste sin que tú tengas que tomar la decisión por él.
En resumen:
El mejor consejo que te podemos dar para que tu hijo sea aprenda música de la mejor de las maneras, es que tú también seas feliz con él y respetes y apoyes ante aquello que le inspire.
¡La música puede sacar lo mejor de tus hijos y de cualquier persona, te lo aseguramos!