Los alumnos españoles de 10 años han perdido capacidad de comprensión lectora. En 2016 lograron 528 puntos en el informe PIRLS (Estudio Internacional del Progreso en Comprensión Lectora, en sus siglas en inglés). Sin embargo, en 2021 han descendido a 521. La International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA) ha presentado los resultados de 400.000 alumnos, 380.000 padres, 20.000 profesores y 13.000 colegios. Carmen Tovar, directora del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) del Ministerio de Educación, explica que España ha logrado un rendimiento de 521 puntos, «significativamente por debajo» de la media de la UE (528 puntos).
El profesorado español es el más satisfecho con su profesión de entre los países de la UE, además, el 54% de los alumnos dice que le gusta mucho la lectura, el doble que lo que señalan los alumnos de Finlandia (23%). A pesar de estos resultados seguimos estando muy lejos de los territorios que despuntan, como Singapur (587), Irlanda (577), Hong Kong (573), Rusia (567), Irlanda del Norte (566) o Inglaterra (558).
«Según lo que manifiestan los padres y los directores en PIRLS, nuestros alumnos empiezan Primaria con muy buena base en lectura. Somos uno de los países con mejor formación en lectura a principios de esta etapa. Además, la Educación Infantil está muy universalizada, lo que contribuye a mejorar los resultados», explica Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador en la London School of Economics.
«Pero algo pasa entre 1º y 4º de Primaria que hace que los alumnos pierdan esa ventaja inicial sólo cuatro años después. Quizá es por la forma de aprender a leer o a escribir o los contextos que se utilizan. No conozco que haya habido ningún cambio metodológico en España ni que se hayan evaluado las metodologías», añade.
En España, tanto la LOE como la Lomce y la Lomloe explican que los colegios tienen que dedicar «un tiempo diario» de lectura. Si queremos que los pequeños recuperen esa capacidad de comprensión lectora es aconsejable regalarle a tu hijo un libro infantil, porque leer desarrolla habilidades lingüísticas, aumenta la concentración y desarrolla la imaginación. Además, la lectura es una forma de entretenimiento, por lo que el pequeño no estará con el móvil o con el ordenador. Los profesionales de Alfurnia explican que los pequeños pueden disfrutar de los libros donde aparecen sus personajes favoritos, por eso apuestan por ofrecer libros con imágenes de personajes de ficción conocidos.
Para conseguir que al pequeño le guste leer, es muy importante dejarle escoger los libros. A continuación, te explicamos las razones por las que los niños deberían escoger sus libros.
Incentiva la independencia
El poder de elección incentiva la independencia, pregúntale qué libro quiere leer. También incentiva su capacidad de decisión.
Desarrolla su identidad
Con los libros conocerá las temáticas que le interesa, por lo que desarrolla su identidad.
Más ilusionado
Si el pequeño escoge el libro se sentirá más ilusionado y con más ganas de descubrir la historia y los personajes.
¿Por qué es aconsejable leer cuentos con tus hijos?
Es muy importante que te sientes con él en su habitación para leer el libro. Intenta que sea una actividad divertida, es decir, que cada uno interprete a un personaje y vaya leyendo sus diálogos.
En este artículo te explicamos cuáles son los beneficios de leer cuentos a los niños:
-Estrecha los vínculos entre padres e hijos, ya que es un momento divertido.
-El pequeño duerme mejor, porque si lees el cuento con voz suave se relaja.
-Fomenta la imaginación y la creatividad.
-Muchos cuentos muestran la parte sentimental de los personajes, por lo que el niño expresará mejor las emociones.
-También muestran otros valores como la amistad, el cuidado de la naturaleza, la importancia del amor…
-El niño aprenderá a redactar correctamente y a escribir mejor.
Una niña de 11 años enseña a leer a su vecino de 59
Pilar de 11 años enseñó a leer a su vecino Rafael de 59. Esta historia sucedió en Argentina, en la provincia de Santa Fé. Rafael no podía alimentar a sus animales porque no sabía lo que indicaban las etiquetas y tampoco podía sacar el carnet de conducir.
«Ella se enteró de que me estaban discriminando para sacar el registro porque no sabía leer ni escribir. Me preguntó si quería que me enseñara y le dije que sí», contó él. La pequeña decidió acudir todas las tardes a casa de su vecino, para enseñarle las letras en un cuaderno. A la pequeña le pareció «algo feo» que lo discriminaran por no saber leer. «¡Ayer me hizo llenar dos hojas! Llega de la escuela, almuerza y a la hora de la siesta viene para aquí [por su casa] y nos ponemos a estudiar durante una hora más o menos. Me escribe una palabra y la tengo que sacar», explicó Rafael.
