Aunque la palabra inspector ya suene un tanto a investigación y nos de lugar a pensar de que la inspección e investigación van a recaer sobre los estudiantes, en este caso particular, nada más lejos de la realidad. Alguno de los lectores de este post, seguramente recuerde aquellos días puntuales en los que se advertía en el colegio de la inminente visita de un inspector o inspectora de educación. Los nervios traicionaban a más de uno, sobre todo, cuando el profesor o profesora de turno advertía al alumnado de que debía comportarse mejor que nunca. Igualmente, si el inspector o inspectora formulaba una pregunta a un alumno, debía contestar con precisión y exactitud.
Posiblemente, debido a estas advertencias y situaciones que pasábamos los alumnos de forma muy puntual, pensábamos, la gran mayoría, que los inspeccionados éramos los alumnos. La cuestión es que no era esa la función de la inspección educativa. Ni la función ni la misión, pasaban por analizar y evaluar a un alumno en particular. Ni tan siquiera al alumnado en general.
Las inspecciones iban dirigidas al propio centro escolar. Hoy en día, eso no ha cambiado. Los inspectores o inspectoras educativos, se encargan fundamentalmente, de evaluar todo lo relacionado con el sistema educativo. En última instancia, al alumnado, puesto que lo más lógico es pensar que si el alumnado no es capaz, es culpa del sistema.
Como llegar a ser inspector de educación y que funciones y cometidos tiene en realidad es algo que hemos hablado con los profesionales de Oposiciones de Enseñanza que saben bien de lo que hablan. Porque resulta que, el inspector, se hace, no nace y para hacerse, tiene que estudiar y mucho.
Antes de conocer los requisitos necesarios para poder convertirse en inspector de educación, veamos cuales son sus funciones reales.
La función del inspector o inspectora educativo
Todo inspector de educación es un funcionario publico. Por lo tanto, trabaja para la administración dentro del Ministerio de Educación. Su misión es la de controlar, evaluar, asesorar e informar a la administración educativa, en todo lo referente al cumplimiento, por parte de los centros de enseñanza, tanto de la normativa y la legislación vigente como de la actuación del personal docente.
El rol que desempeñan estos funcionarios es variado, pero queda plenamente definido en la Ley Orgánica 02/2006 de Educacion. Las funciones principales de los inspectores educativos son:
– Llevar a cabo una evaluación del centro correspondiente, tanto a nivel estructural como docente.
– Asegurarse de que los estudiantes disponen de todo lo necesario para su desempeño educativo. Desde herramientas y materiales hasta servicios, accesibilidad para discapacitados o atenciones a los estudiantes en riesgo de exclusión social.
– Confirmar que el centro cumple con la normativa educativa.
– Tras informar del funcionamiento de los centros educativos a la administración, proporcionará su análisis y asesoramiento sobre las medidas a tomar para mejoras los centros.
– Son susceptibles del requerimiento de mayores investigaciones e informes más detallados por parte de la administración.
Para poder llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible, los inspectores deben disponer de toda la información necesaria para poder confeccionar sus informes en base a las inspecciones realizadas. Por ello, cuentan con acceso libre a las instalaciones y centros docentes donde tengan su jurisdicción. Igualmente, pueden acceder a toda la documentación existente en los centros educativos referente tanto a los estudiantes, como al propio centro y personal del mismo. Cuentan con la colaboración de otros funcionarios y servicios, ya sean de carácter público o privado.
Toda la información que requieran para la elaboración de sus informes, debe estar a su servicio y disponibilidad de forma incuestionable.
Cómo se convierte uno en inspector educativo
Lo primero que debe saberse al respecto, es que para convertirse en inspector o inspectora educativo, hay que pasar una oposición. Eso lo hemos comentado anteriormente. Como es habitual en todas las oposiciones, esta también cuenta con sus propios requisitos para optar a una plaza.
Aunque cada comunidad puede variar alguno de los requisitos para poder presentarse a la prueba selectiva, generalmente hay que tener en cuenta los siguientes:
– En primer lugar, contar con la mayoría de edad y haber cumplido dieciocho años en el momento de presentarse al examen. No haber cumplido la edad de jubilación, actualmente fijada en sesenta y cinco años.
– Contar con la nacionalidad española o alguna nacionalidad perteneciente a la Unión Europea.
– Estar en posesión de una titulación superior ya sea licenciatura, grado, titulo de arquitecto, doctorado, etc.
– Formar parte de alguno de los cuerpos que componen la función pública educativa. Es decir, haber obtenido una plaza dentro del sistema educativo con anterioridad a la realización de la prueba de acceso para inspector de educación.
– Contar con una experiencia demostrable de al menos seis años como funcionario de carrera y como docente.
Si cuentas con estos requisitos generales, puedes plantearte acceder a una plaza y presentarte a una oposición. Las pruebas selectivas se componen de tres exámenes o pruebas.
En primer lugar, los aspirantes, realizarán una prueba en la que deberán desarrollar, por escrito, uno de los temas que componen la primera parte del temario. El tema será a elección del aspirante.
En segundo lugar, el aspirante, eligiendo un tema de la segunda parte del temario, realizará una exposición oral sobre el mismo.
En última instancia, los aspirantes tendrán que llevar a cabo el análisis y la resolución de un caso práctico relacionado con el sistema docente.
Superadas estas pruebas y contando con los requisitos ya mencionados, la obtención de la plaza, solo se limita al numero que se oferte.
Trabajar como inspector educativo, tiene que ser una labor gratificante en muchos sentidos. Por otro lado, puede resultar frustrante comprobar las fallas del sistema. Sin embargo, el titulo del post, hacer referencia directa el servicio que prestan estos funcionarios a los propios estudiantes. Más que analizar al alumnado y examinar sus capacidades, las funciones de los inspectores, se dirigen a reforzar el sistema donde pueden verse potenciadas las capacidades de los alumnos.
Seguramente sin los inspectores, no se podría valorar verdaderamente la calidad del sistema educativo.