Colegios y covid19 curso2021-22

No sé por qué muchos de los ilusos que teníamos la esperanza de que en verano de 2021 el Covid19 estuviera totalmente controlado con la población casi vacunada también pensábamos que los niños y niñas tendría un curso 2021-2022 totalmente normal, pero obviamente no va a ser así. Yo lo agradezco, más que nada porque para mí la seguridad es lo primero y prefiero pecar de preventiva que de confiada, pero la realidad es que los niños necesitan poder ser libres de nuevo o acabarán con demasiados problemas mentales.

Y esa es la realidad, sin que nadie tenga la culpa y asumiendo lo inasumible, gran parte de la población infantil está mostrando señales de problemas mentales a tan tierna edad, desde estrés hasta depresión y trastornos alimenticios. No es que antes no existieran esos problemas entre los pequeños, claro que existían, pero el porcentaje de afectados era muy inferior y obviamente el crecimiento de estos problemas se achaca directamente, por parte de los expertos, a la pandemia y sus consecuencias.

Según los medios de comunicación, el próximo curso que empieza en un mes y medio escaso será presencial pero manteniendo la mascarilla en mayores de 6 años y manteniendo los grupos burbujas, lo que traerá de nuevo problemas con las actividades extraescolares. Y es que si es grupo burbuja es de 23 niños, y solo un pequeño porcentaje de ellos es amante del Judo ¿cómo va a salirle rentable a una empresa de extraescolares dar una clase para 3 o 4 niños que pagan de media unos 25 euros al mes? Pensadlo, eso suman unos 100 euros mensuales para pagar al profesor de Judo que ofrezca, al menos, dos clases semanales, pagar gastos e impuestos y, por supuesto, obtener un beneficio. Imposible.

Antes se juntaban los niños de diferentes aulas, a veces incluso de diferentes cursos, para crear grupos de 25 o 30 alumnos que ingresaban en las cuentas de la empresa de actividades extraescolares unos 750 euros, que ya es otra cosa. Pero por ahora eso no va a ser posible, veremos hasta cuándo.

Aumenta la ratio

Lo que sí cambia es la distancia mínima de seguridad, de 1,5 metros a 1,2 en algunos cursos, de forma que las aulas podrían incrementar ligeramente su ratio de alumnos y, por lo tanto, crear grupos burbuja un poco más grandes.

Según la propuesta, el objetivo es garantizar la “máxima presencialidad” para todos los niveles y etapas del sistema educativo, al menos en el escenario de nueva normalidad, nivel de alerta 1 y 2. Asimismo, el texto, que está sujeto a cambios, establece que se mantendrá una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros en las interacciones entre las personas adultas en el centro educativo, manteniendo el uso de la mascarilla independientemente de la distancia. También aboga por mantener de forma general una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros por parte del alumnado cuando se desplacen por el centro educativo o estén fuera del aula.

Por otro lado, a partir de 3ª de la ESO, si el nivel de alerta en la comunidad está en 3 o 4, la distancia subirá de nuevo a 1,5 metros y/o clases al aire libre, y de manera excepcional, se abogará por la semipresencialidad, priorizando la asistencia de alumnado con dificultades sociales o académicas.

Ante esta situación, no es de extrañar que muchos colegios (en su mayoría privados o concertados) estén tomando algunas decisiones para garantizar la seguridad en sus instalaciones al tiempo que garantizan también la sociabilización de los niños y adolescentes en sus aulas.

El colegio Madre de Dios Ikastetxea, en Bilbao, con vistas a la incorporación del alumnado en septiembre y teniendo en cuenta que en agosto la dirección, así como el profesorado, se toman sus merecidas vacaciones, ya están implementando algunos cambios con el fin de mejorar aún más el clima dentro de la escuela a pesar del covid19. A través del AMPA, y debido a que mi hija estudia allí, he podido conocer algunas medidas que me parecen muy interesantes como, por ejemplo, la posibilidad de implantar ciertos cambios en los espacios educativos para asegurar el impulso de las metodologías activas. Es decir: mayor implicación del alumnado en las clases y mayor actividad. Esto va a ser posible precisamente gracias a su bajo ratio de alumnos por aula, que de otro modo sería impensable, y por eso creo que se odia aplicar esta metodología que tantos buenos resultados está ofreciendo en otros países a los colegios públicos españoles ahora que también han bajado los ratios a causa de la pandemia.

No obstante lo que yo quiero proponer es algo mucho más sencillo de conseguir ya que no implica la reorganización del alumnado ni nada similar: instalación de taquillas individuales en todos los colegios españoles, públicos, privados y concertados.

Este producto nos garantiza que los estudiantes tendrán su material a buen recaudo, así como sus libros de textos, sin necesidad de andar llevando y trayendo desde casa. Esto supone una ventaja y un beneficio para la salud de nuestros hijos (y de sus espaldas), pero también supone la garantía de que nadie olvidará su material provocando que pida favores a otros alumnos quienes al dejarles un boli, un lápiz o el compás provoquen el inicio de un broto de covid. Y es que ¿quién puede garantizar que su hijo de 5 años no se ha llevado el plastidecor a la boca y luego se lo ha prestado a su amigo de mesa?

He solicitado información a Taquicel, y  por lo que veo la inversión que debería hacer el colegio en caso de alquilar dichas taquillas no es tan elevada como se podría suponer y, por ende, propongo que todos los colegios tengan un presupuesto destinado a ese fin. Como por ahora no puedo proponerlo en el Ministerio de Educación, me conformo con proponerlo en la escuela de mi hija a través del AMPA.

¿No creéis que sería una gran idea que estuvieran en todos los colegios este próximo curso y con el objetivo de que se quedasen para siempre?