Las ventanas y su importancia en el devenir de nuestra vida

A mediados del mes de marzo del año pasado, el Gobierno de España decretaba el Estado de Alarma para luchar contra una enfermedad contra la que no se tenía ningún tipo de vacuna, que procedía de China según parecía y de la que se estaba detectando un repunte de casos tanto en nuestro país como en todos los de nuestro alrededor. Seguro que recordáis aquellos días tan difíciles, días en los que tuvimos mucho miedo y en los que solo los trabajadores considerados como esenciales pudieron salir de sus casas. Comenzaba así la pandemia de coronavirus contra la que todavía, por desgracia, nos seguimos enfrentando, aunque sí que es verdad que con muchas y mejores garantías.

Fue entonces cuando nos vimos en una situación comprometida. Estábamos obligados a no salir del domicilio excepto por un motivo más que justificado, pero encontrarse dentro del hogar podía no resultar algo cómodo según el caso. Quienes vivieran en domicilios amplios tendrían menos problemas para afrontar una situación así. Sin embargo, aquellas personas que vivieran en un piso o en una casa pequeña, la verdad es que encontrarían muchos motivos para estar insatisfechos con la situación. El caso es que todos y todas empezamos a valorar en mucha mayor medida la comodidad que es necesaria en un hogar.

Y es ahí donde queremos ir a parar. Son muchas las personas que, desde el final del confinamiento, han hecho todo lo posible por mejorar algún aspecto concreto de su vivienda con el que no se sintieron a gusto entre marzo y junio del año pasado. Una de las principales cuestiones que los españoles han querido mejorar en lo que tiene que ver con sus hogares ha sido la relativa a las ventanas. Es lo que nos han transmitido desde La Ventana Perfecta, cuyos profesionales han vivido de primera mano el aumento de llamadas y peticiones de clientes de todo tipo en los últimos meses.

La importancia de las ventanas en un hogar está fuera de toda duda y la razón es más que obvia. Sin poder salir de nuestra vivienda, la ventana se convirtió en nuestra única conexión con el exterior durante los meses más difíciles de la pandemia. Y, quien no tuviera ventanas muy grandes y quisiera darle más luminosidad a su vivienda, ha querido ahora tratar ese tipo de asuntos para ganar en comodidad de cara al futuro. Nuestra vivienda es el lugar en el que pasamos más tiempo y es lógico que la gente busque la manera de que estemos cómodos ahí.

Un elemento clave en la lucha contra el virus 

Pero la ventana no ha sido solo un medio a través del cual asegurar una mejor comodidad en casa, sino que también ha tenido una importancia bastante interesante en lo que tiene que ver con la lucha contra el virus. Y es que, gracias a las ventanas, hemos encontrado la manera de ventilar nuestros interiores, una medida recomendada por parte de todas las autoridades sanitarias en pos de evitar los contagios por coronavirus y los problemas de salud e incluso fallecimientos que se derivan de ello.

Pero ojo, que no solo hay que ventilar a causa del miedo ocasionado por la expansión del virus. La ventilación de una vivienda se debe hacer siempre, cada día, con o sin pandemia. Es algo de lo que habla el artículo que os acabamos de enlazar y que fue publicado en la página web oficial del diario 20 Minutos. Ni que decir tiene que no le falta un ápice de razón. La ventilación es algo que proporciona higiene a una vivienda en cualquiera que sea el momento en el que la practiquemos.

No nos cabe la menor duda de que, a partir de ahora, muchas personas habrán comprendido la importancia que tiene la ventilación en el hogar y podrán todo su empeño en llevarla a cabo prácticamente a diario en sus respectivos hogares. Es lo único bueno que se puede desprender de la pandemia: que ha hecho posible que el ser humano tenga más en cuenta que nunca aspectos como la higiene, la limpieza y la salud, que muchas veces se venían olvidando y que nos vendrá bien recuperar.

De las ventanas, como habéis podido ver, depende una buena parte de la comodidad y la seguridad de una persona o una familia. Por eso, a la hora de valorar si somos felices o no en el hogar en el que estamos residiendo, una de las primeras cosas que debemos tener en consideración es el número de ventanas de las que disponemos y la amplitud de las mismas. Desde luego, agradeceremos que sigan presentes en nuestra vida y que lo hagan de una manera asidua, con independencia de nuestra edad, sexo, religión, posición económica y todo lo que queráis.