Eficiencia energética de los electrodomésticos

Con los precios de la luz a la altura del sol y el gas en peligro de extinción, el consumo energético se ha convertido, más si cabe, en un problema con diferentes variables. Por un lado, la falta de recursos que parece va a acometernos y por otro, los costes económicos.

Los gastos que repercuten en las viviendas, se incrementan día a día pese a tratar de ser más cautos a la hora de hacer uso de los mencionados recursos. Ni que decir tiene que para los comercios y empresas, estos sobre costes también hacen mella.

Como poco podemos hacer frente a esta situación, lo que está en nuestras manos es convertir nuestras viviendas en lugares más eficientes. Los expertos de Megahogar, nos han asesorado al respecto de los electrodomésticos más eficientes del mercado. El hecho de invertir en este tipo de tecnología, conlleva un beneficio inmediato en la reducción de los costes energéticos.

En la actualidad, la mayoría de los hogares utilizan la electricidad para todo. El gas va quedando relegado en aras de la seguridad y comodidad que ofrece la electricidad. Independientemente del momento y la situación actuales en las que la amenaza constante del corte de suministros y su encarecimiento diario, nos acometen, la eficiencia energética no debe ser obviada.

Lo más probable es que está situación sea superada y la estabilidad energética vuelva a nuestras vidas. Aun así, invertir en electrodomésticos de bajo consumo o consumo eficiente, debe ser una realidad plausible para todos. Los beneficios de este tipo de aparatos no solo redundan en los costes, también inciden en el medioambiente.

La eficiencia energética es una asignatura pendiente en muchos hogares. No basta con contar con un horno eficiente, hay que utilizarlo con criterio. De poco vale tener un horno eficiente si lo utilizas de forma prolongada y no aprovechas sus prestaciones. Estos aparatos están preparados para reducir el consumo y utilizar la energía de una manera más sostenible.

Tecnológicamente hablando, los electrodomésticos, han ganado en diseño, funcionalidad y facilidad de uso. Las televisiones, por ejemplo, son más funcionales y ocupan mucho menos espacio. Sus prestaciones son infinitas y bastante intuitivas, además de sus diseños modernos e innovadores, que no necesitan ya de un mueble especial para colocarlas. Ahora basta con una pared para colgarla.

La cocina, hacerla eficiente es posible

Sin duda, la cocina es la estancia donde más gasto energético encontramos. Los electrodomésticos más potentes y que se utilizan diariamente y en ocasiones varias veces, están ahí.

Lavadora, horno, vitrocerámica, frigorífico etc. Se encuentran en un mismo espacio (por norma general) y se ponen en funcionamiento simultáneamente en muchas ocasiones.

Afortunadamente, todos y cada uno de los aparatos que podemos encontrar en una cocina, cuentan con su versión eficiente. La importancia de invertir en estos electrodomésticos para que su consumo sea el menor, es máxima. Si bien sus costes iniciales son ligeramente más elevados, a la larga, el ahorro es notable.

No solo por su bajo consumo que constituye un ahorro mensual de las facturas. Su durabilidad es mayor y el desgaste de los mismos, menor. Por lo que su vida útil, es mucho más larga que la de otros electrodomésticos.

El uso de la lavadora, no solo conlleva gasto energético, su consumo de agua puede ser elevado. Al igual que ocurre con los lavavajillas. La tecnología ha mejorado esos aspectos, incorporando programas eco o de carga variable. Eso contribuye a ciclos de lavado menores y con un aprovechamiento mayor del agua. No solo es eficiente, también es sostenible.

Neveras, congeladores o frigoríficos, tienen que estar funcionando continuamente. De ahí que adquirir un modelo eficiente sea una excelente inversión. Iluminación LED en su interior, sistemas no frost y para el control de la temperatura. La formación de hielo en el congelador producía un incremento energético, al igual que no mantener una temperatura constante. Además del desperdicio de alimentos provocado por esos pequeños desajustes.

Los sistemas actuales, mantienen los alimentos frescos por más tiempo. Son más fáciles de limpiar y el hielo, ya no es un problema. Sin contar con todas las prestaciones que ofrecen algunos modelos.

Para cocinar, las placas de inducción son sin duda las más eficientes. Frente a las vitrocerámicas comunes, estas solo calientan cuando colocas la sartén o la olla. El calor es más uniforme, no hay pérdidas del mismo y eso conlleva un ahorro tanto de tiempo como económico. En contra, que todos los utensilios no son válidos. Las cocinas de inducción solo inducen el calor si la superficie que se coloca encima es adecuada. Por lo demás, todo son ventajas puesto que la vitrocerámica es uno de los electrodomésticos que más consumo genera.

El indiscutible rey de la cocina para todo cocinero que se precie: el horno. La tecnología ha convertido estos aparatos, siempre usados con recato por su elevado consumo, en electrodomésticos eficientes y funcionales. Autolimpiables, programables y potentes, pero sostenibles. La cantidad de calor que debe generar un horno para cocinar conlleva un elevado consumo, además de que su uso es prolongado al contrario que sucede con el microondas. Invertir en un horno eficiente, te permitirá gratinar esos macarrones con mayor tranquilidad y en menor tiempo.

Electrodomésticos pequeños, como cafeteras, exprimidores, tostadoras, batidoras o el citado microondas, parecen a simple vista inofensivos en la factura de la luz. Sin embargo, se trata de aparatos que necesitan mucha potencia para funcionar. Si utilizáramos la batidora durante una hora, su consumo no será mucho inferior al del horno, por hacer una comparación. Afortunadamente, estos aparatos se utilizan por periodos de tiempo muy cortos. Aun así, si los compramos eficientes, mejor que mejor.

Otra pieza indispensable de la cocina y que siempre pasa desapercibida a la hora de contar con su posible consumo, es la campana extractora. Este elemento, entre decorativo y molesto por el ruido que hacen sus motores, también cuenta con una categoría eficiente. Más silenciosas, con menor consumo y con mejores filtros.

A la hora de cambiar electrodomésticos, conviene tener en cuenta estos detalles. Si bien no vamos a cambiar todo de golpe, cuando toque hacerlo, mejor invertir en eficiencia. En la cocina sobre todo, se notará esa bajada de consumo.

El resto de la casa

En el resto de los hogares también encontramos electrodomésticos pero con menor impacto en las facturas. Aun así, conviene ser conscientes de que la iluminación LED conlleva una inversión mínima y un ahorro bastante notable. Las bombillas tradicionales duraban mucho menos, daban menos luz y eran menos seguras. Con las luces LED, a parte de la infinidad de modelos, puedes obtener la calidad de luz que desees. La diferencia del precio no es tan grande y además, duran años.

Las televisiones no solo copan los salones, en algunos hogares, habitaciones y cocina cuentan con una. No son electrodomésticos de elevado consumo, pero si hay que tener en cuenta que están encendidos durante muchas horas. La lucecita del stand by, induce a un consumo que puede alcanzar los cinco euros mensuales. Este tipo de consumo, conocido como consumo fantasma, se aplica a otros muchos aparatos como la mini cadena, el ordenador etc.

El cuarto de baño es otro de los lugares donde los electrodomésticos tienen cierto protagonismo. El secador, las maquinillas eléctricas o incluso cepillos de dientes. Se utilizan de forma muy esporádica, salvo el cepillo de dientes, pero si encuentras un secador eficiente, no solo ahorrarás energía, tu pelo te lo agradecerá por otras razones.

En los tiempos que corren, con tantos hogares conectados a la red eléctrica de forma continua. Ese incremento exponencial del consumo eléctrico, debe ser controlado y manejado de forma eficiente. No exclusivamente por la cuestión económica que si bien es un factor determinante, no es el único. Los recursos no son infinitos y gestionarlos de la manera más óptima posible, beneficia a todos. Puesto que beneficia a todos, es deber de todos contribuir a esa optimización de los recursos. En este caso, en materia de electricidad.